miércoles, 1 de diciembre de 2010

El grito


El grito


El avión atravesaba lentamente las grandes nubes, que con la noche se fusionaron convirtiéndose en humo oscuro, y como si de un viejo amigo se tratase abrazaban a la luna cobijándose junto a ella.

Los viajeros estaban tan cansados que enseguida apoyaron sus cabezas en los asientos y sus ojos como puertas empezaron a cerrarse, mientras el aire con afán de llamar la atención, golpeaba los cristales y el frío se colaba no se sabe por donde.

Todo estaba tranquilo, las pocas luces que quedaban encendidas se apagaron después de un tiempo no muy largo, como si fueran velas a las que se les había acabado la cera. Pasados algunos minutos un pasajero empezó a gritar.

¿Dónde está mi hijoooo? ¿Dónde está mi hijooooooo? ¿Dónde está mi hijooooooooooooo?...

La misma frase la repetía una y otra vez, era tan angustiosa su voz que un viajero fue a buscar al hijo que se había perdido. Lo encontró en el baño.

Al traerlo al lado de su padre la calma volvió al avión y todos pudieron descansar sus cansados cuerpos.

Estaban todos dormidos y de repente se oyó la misma voz diciendo:

¡Mi hijo ha vuelto!

María Mercedes Tomás. Diver 1

No hay comentarios:

Publicar un comentario