martes, 4 de junio de 2013

EL GRAN VIAJE


Todo empezó aquella noche en la que estaba leyendo ese libro tan especial, me gustaba tanto leerlo que parecía incapaz de quitarle la mirada de encima. Nunca llegué a recordar el momento en el que dejé de leer, solo sé que pasó algo extraordinario.

 A la mañana siguiente al despertarme me di cuenta de que no estaba en mi cama, ni en mi habitación, ni en mi casa, ni en mi ciudad, estaba en aquel bosque con aquella preciosa catarata que aparecía en el cuento. En cuanto salí de mi desconcierto decidí ir a buscar ayuda, aunque aquello estaba muy bien, yo quería volver a mí casa. Encontré a un simpático enanito y le dije:

- Por favor, ¿me podría indicar el camino para salir de este bosque y llegar a mi casa?

- Perdóneme señorita, pero es que yo nunca he salido del bosque mágico,  aunque quisiera no podría indicarle el camino.- Dijo el enanito-. Pero si sé quién puede ayudarle, adentrándose en el bosque vive Lumila. Ella le ayudará.

- Muchísimas gracias.- Respondí agradecida.

Y seguí mi camino hacia el corazón del bosque, en busca de Lumila. Después de un largo trayecto parecía que llegaba a su fin. A lo lejos vi un arcoíris que subía hasta una espesa nube. Toqué el timbre y bajó una unicornia rosa y blanca. Yo me sorprendí, ya que me esperaba una persona normal y corriente. Le pregunté:

- ¿Eres Lumila?

 - Sí, ¿quién me busca?, ¿y para qué?- Dijo intrigada.            
                                                                                                        
- Perdóneme la grosería, mi nombre es Sara, he venido hasta aquí porque estoy perdida; me acosté en mi cama como un día cualquiera y desperté en este bosque junto a la catarata. Un simpático enanito me dijo que usted me ayudaría.

-No te preocupes, te ayudaré en todo lo que esté en mi mano, pero salir de este bosque no es nada fácil, tienes que ir hacía las fronteras donde te encontrarás con unos seres. Cada uno de ellos te pedirá que hagas una prueba, si las superas con éxito podrás volver a casa, si no… te quedarás cautiva del bosque durante toda tu vida. Yo te acompañaré en el trayecto. – Me explicó.

-Vale lo haré.- Respondí temerosa.

Aquella noche Lumila me acogió en su casa del arcoíris, ya que no quería que pasara la noche fuera. A la mañana siguiente partimos hacía nuestro destino. Cuando llevábamos media hora de trayecto, nos encontramos con una especie de orugas rosas gigantes. A mí me parecieron muy bonitas y quise ir a acariciarlas pero antes de que pudiera hacerlo Lumila me lo impidió, y me dijo:

- No debes fiarte del exterior, estas criaturas son malvadas, aprovechan su belleza para quedarse con tu alma y tu vitalidad, este consejo te será muy útil para las tres pruebas que tendrás que superar.

Yo me quedé atónita, no sé exactamente por qué pero no respondí; seguí andando sin decir ni una palabra. Al cabo de un buen rato de trayecto avistamos las fronteras de aquel bosque, lo sabía porque Lumila me avisó en seguida y me dijo:

- Este es el árbol más sabio de todo el bosque, ya que es el mayor, él te formulará un acertijo que tendrás que responder.

- Estoy preparada.- Dije un poco titubeante.

- ¿Qué nunca ves, nunca hueles, nunca tocas, pero siempre está junto a ti?- Preguntó el sabio árbol.

Después de un rato pensando, sin encontrar respuesta a tal acertijo me percaté de unas hojas que se movían en la copa de un árbol y respondí entusiasmada:

- ¡El viento!

Después de haber terminado con éxito la prueba, el árbol me dio una llave, solo dijo que la guardara bien. En seguida llegamos a la siguiente prueba, esta vez era un centauro quien tenía que formular mi prueba, y dijo:

- Si eres capaz de ir hacia el corazón del bosque y volver en menos de quince minutos habrás superado la prueba.

Me creía incapaz de llegar en ese tiempo, pero entonces lo intenté, corrí y corrí hasta que no pude más, y cuando me di cuenta ya había llegado a mi línea de meta. También el centauro me entregó una llave y en seguida llegué a mi otra prueba, ahora me encontré con un simpático elfo que me dijo:

-Mi prueba consiste en ver si conoces bien los seres de este bosque ¿Cuál de estos dos seres crees que es el más peligroso?-Preguntó.

Entonces me acordé de las palabras de Lumila y elegí al de aspecto más inofensivo, y acerté; como en las otras pruebas, me dieron una llave. Me despedí de Lumila, le di las gracias y a lo lejos vi una puerta, inserté las llaves, abrí y las volví a guardar. De repente estaba en mi cama un poco confundida. Pensé que todo había sido un sueño y en ese momento vi aquellas tres llaves y fue ahí cuando lo comprendí todo.                 
                                                       
                                                                                  ANIA TRIBALDOS CASTILLO 1.ºE
                                                                                                                                                                                                                                                                                                   

lunes, 3 de junio de 2013

EL HALLAZGO DE FEDERIC




Recuerdo cuando dio un vuelco tremendo mi vida. Fue hace mucho, en el pequeño pueblo en el que crecí.

Reconozco que no era muy social, no hice amistad con la gente que vivía allí, pues mi frágil salud no me permitía más que ir al colegio y pasar el resto del día con mi padre y mi hermano mayor Federic que, al contrario que yo, conocía a toda la gente del pueblo, y todos lo encontraban optimista y muy feliz.

No conocí a mi madre, murió al darme a luz. Mi padre me hablaba siempre de ella mientras mostraba una sonrisa de nostalgia.

Un día mi enfermedad acabó por agravarse y me incapacitó para poder ir al colegio del pueblo. Mi padre, que era profesor de ese mismo colegio, me educó notablemente bien en casa.

Pero no os entretendré más describiendo mi vida, solo os diré que me llamo Susan y os contaré una historia que sí os podría interesar.

Un corriente día de otoño, mi padre mandó a Federic que buscara en el sótano una pala con la que poder quitar una enredadera que empezaba a invadir la puerta trasera de casa. Mi padre también le pidió realizar esa tarea de jardinería, ya que él estaba ocupado en ese momento corrigiendo exámenes de sus alumnos.

Mi hermano se esforzó en cavar un agujero para arrancar la enredadera porque sus raíces   eran profundas.

En la última palada que dio para acabar extrayendo la enredadera del suelo, golpeó con la pala en lo que pensó que sería una piedra de buen tamaño. Pero, al fijarse, notó un brillo extraño parecido al bronce. Hundió las manos en la removida tierra y sacó una pequeña y pesada caja rectangular, totalmente hecha de bronce y con extraños relieves de criaturas tenebrosas. Se deshizo rápidamente de la enredadera y guardó la pala para encerrarse con esa caja en su cuarto.

Limpió la tierra que se había adherido a la caja con un trapo e intentó buscar un mecanismo con el que poder abrirla, pero solo halló un cerrojo por el que debía introducirse una llave, en el hoyo no encontró tal llave, así que no sabía qué podía ser de ella.

Buscó algún punto débil por la que poder forzarla, pero era una caja sólida y hermética.

Acercó la oreja a la cerradura para, acto seguido, agitarla y comprobar si tenía algún contenido, oyó un jadeo y se asustó. Apartó la oreja y, al momento, la volvió a poner para comprobar si solo era imaginación suya, pero oyó una voz que le dijo:

- Escucha joven, te agradezco que me hayas sacado del letargo en el que permanecía debajo de la tierra.

Federic, incrédulo de que le pudiera estar hablando una caja, solo pudo articular una pregunta:

-¿Quién eres?

La voz ronca, pero aguda, de la caja le contesto:

-¿No es evidente? Solo soy una caja, escúchame: me gustaría compensarte el favor que te debo y querría concederte el deseo que tú me pidieras, a cambio de ayudarme en un par de cosas. ¿Qué te parece?

Mi hermano pensó que sería divertido y le comunicó:

- Estoy de acuerdo, pero ¿qué cosas serían?

- Tranquilo, cosas simples, te las iré diciendo sobre la marcha.

La caja lo mandó bajar al sótano, donde anteriormente había guardado la pala, y buscar en los cajones de un viejo armario azul, armario que inexplicablemente la caja describió perfectamente, y coger un bote que, según la caja, contenía unas pastillas.

Lo encontró en el segundo cajón del armario, bien disimulado con otros objetos.

Al examinar el pequeño recipiente, comprobó que parecía algún tipo de medicina.

- Tal vez un medicamento de mi hermana- pensó él.

Volvió a la habitación y le pregunto a la caja:

- ¿Qué debo hacer con lo que me has pedido?

La caja le contestó:

- Nada, solo deja el recipiente a mi lado.

Mi hermano dejó los dos botes en el escritorio al lado de la caja.

- Bien hecho, ya es tarde, mejor que dejemos el resto para mañana- dijo la caja.

Mi hermano ya tenía sospechas de por qué le había pedido algo tan extraño, aunque decidió seguir el juego.

Al día siguiente, nada mas amanecer, me desperté y me noté exhausta, sentí las articulaciones doloridas, tenía helado todo el cuerpo y no me podía levantar de la cama. Por suerte, mi padre entraba en mi cuarto todas las mañanas para asegurarse de que estaba bien. Nada más saber de mi situación se apresuró para traer al médico.

Tras examinarme lo más minuciosamente posible para saber lo que me pasaba, no encontró respuesta a mis síntomas.

El dolor aumentaba cuanto más pasaba el tiempo y Federic entró en mi cuarto preocupado y me abrazó delicadamente mientras me repetía:

- Te pondrás bien Susan, tienes que recuperarte.

No supe qué decirle, solo lo abracé con todas las pocas fuerzas que tenía.

De repente, la cara de mi hermano se iluminó.

- Ya sé qué hacer.

Me dijo con tono de confianza mientras salía de la habitación, sin que yo supiera nada de lo que ocurría.

Entró en su cuarto precipitadamente e intentó hablar con la caja, que le contestó al momento:

- Quieres salvar a tu hermana, ¿verdad?

Federic, atónito de que la caja supiera tal dato, le respondió:

- Desconozco por qué sabes eso y no me importa, solo quiero que cumplas el deseo que me debías y que mi hermana recupere la salud.

- Un momento, no has completado todo lo que necesito pedirte.

- ¿Qué más necesitas? Pide lo que quieras.

- ¿Te acuerdas de las pastillas que me trajiste ayer? Pues quiero que las tomes todas.

Mi hermano no era ingenuo y sabía con toda seguridad que hacer tal cosa no haría más que envenenarle, pero qué podía hacer en su desesperación por salvarme, así que ingirió las pastillas. Empezó a sentir calor, su estómago se revolvió y le costaba respirar, pero debía continuar. Se acercó a esa diabólica caja y dificultosamente pronunció:

- ¡Quiero mi deseo!

Ninguna voz contestó.

Todo le pareció perdido y ya no vio ninguna esperanza mientras notaba que la vida le abandonaba, de repente, un resorte sonó y la caja se abrió. Lo único que encontró fue una llave, la cogió, era de bronce como la caja, seguramente se podría usar para abrirla, qué sentido tenía una llave en ese asunto.

Mientras se hundía en sus dudas, notaba que el dolor y los síntomas de envenenamiento desaparecían. Llegó a la conclusión de que la clave era justo esa llave, algo con lo que se podía recuperar la salud.

Federic entró apresuradamente en mi cuarto, mi padre había salido un momento, y se puso a mi lado para explicarme la misma historia que estoy contando: cómo encontró la caja, cómo empezó a hablar con ella y lo que tuvo que hacer para salvarme, mientras me enseñaba en ese momento la llave y sacaba una cinta que llevaba en el bolsillo, con la que hizo un collar para colgármela del cuello y caer en ese mismo instante en mis brazos para morir.

Años después de aquello, recuperada ya la salud, empecé a viajar por todo el país, el pueblo me traía demasiados recuerdos y ya no hacía nada allí.

Mi vida cambió en el momento en el que Federic colgó esa llave en mi cuello.

José Manuel De Haro Verdú
3.º  PDC

viernes, 31 de mayo de 2013

GANADORES DEL CONCURSO LITERARIO 2013

Felicidades a todos los participantes que este curso nos habéis hecho disfrutar con vuestros cuentos fantásticos. Dentro de poco publicaremos los cuentos ganadores. 



domingo, 5 de mayo de 2013

viernes, 26 de abril de 2013

Un año más en LA RADIO UMH

Los alumnos de nuestro instituto han vuelto con un nuevo programa a La Radio UMH, aquí os dejamos el enlace para que podáis escucharlo.

Programa IES NIT DE L'ALBÀ

martes, 23 de abril de 2013

DÍA INTERNACIONAL DEL LIBRO


Alfonso XIII, en 1926, firmó un Real Decreto para inaugurar oficialmente la Fiesta del Libro Español. El inspirador de esta iniciativa fue el autor y editor valenciano Vicente Clavel. Como era un gran enamorado de El Quijote, este editor quiso instituir un día especialmente dedicado a homenajear a Cervantes.

Aunque Vicente Clavel creyó que la fecha más apropiada para celebrarlo sería la del día del nacimiento de Cervantes, como sabemos, el 23 de abril fue elegido, más tarde, como Día del Libro por la peregrina coincidencia de ser la fecha en que murieron Cervantes y Shakespeare.

La celebración arraigó rápidamente en toda España hasta convertirse en tradición y en argumento de la UNESCO en 1995 para declarar el 23 de abril Día Internacional del Libro.

Hablar del Día del Libro en España es, pues, hablar de El Quijote y de Cervantes; por ello, cada año en el Círculo de Bellas Artes se da espacio a la lectura continuada de la obra cuya primeras líneas son reservadas al premio Cervantes. Este año las leerá José Manuel Caballero Bonald, Premio Cervantes 2012.

Con el vídeo que viene a continuación, tú también puedes celebrar el Día del Libro leyendo El Quijote.

UN POEMA PARA CELEBRAR EL DÍA DEL LIBRO


ODA A LA LECTURA

YO LEO: porque una sola
vida no es suficiente, y en
las páginas de un libro puedo
ser cualquier otra persona;

YO LEO: porque las
palabras que forman la
historia se hacen mías, para
construir mi vida;

YO LEO: no en busca
de finales felices sino para
perseguir nuevos comienzos;
apenas estoy iniciando
mi camino y me vendría
bien tener un mapa;

YO LEO: porque tengo
amigos que no leen y, aunque
son muy jóvenes, se les
está acabando el material;

YO LEO: porque cada
viaje comienza en la
biblioteca y ya es hora de
que comience a empacar;

YO LEO: porque uno
de estos días me iré de este
pueblo y voy a viajar a
todas partes y conocer a todo
el mundo y quiero estar
preparado.


                        Richard Peck 

miércoles, 10 de abril de 2013

martes, 9 de abril de 2013

CONCURSO DE ORTOGRAFÍA

Felicidades a todos los participantes en el Concurso de Ortografía. Aquí tenéis unas fotos en las que se os ve muy concentrados.


Y las alumnas ganadoras de cada nivel fueron...



martes, 5 de febrero de 2013

CÓMICS EN 2º DE ESO












Una historia con poderes de otra dimensión.