El miércoles pasado los alumnos de 4º de la ESO recorrimos las calles de Orihuela para recordar a Miguel Hernández. Fue un paseo grato porque vimos su casa y los sitios que él frecuentaba. Nos empapamos de sus vivencias y respiramos el aroma de su ciudad; leímos sus poemas y sentimos al poeta alicantino más cercano.
Por las calles voy dejando
algo que voy recogiendo:
pedazos de vida mía
venidos desde muy lejos.
Miguel Hernández.
pedazos de vida mía
venidos desde muy lejos.
Miguel Hernández.
Cuando paso por tu puerta,
la tarde que viene a herir
con su hermosura desierta
que no acaba de morir.
Tu puerta no tiene casa
ni calle: tiene un camino,
por donde la tarde pasa
como un agua sin destino.
Tu puerta tiene una llave
que para todos rechina.
En la tarde hermosa y grave,
ni una sola golondrina.
Hierbas en tu puerta crecen
de ser tan poco pisada.
la tarde que viene a herir
con su hermosura desierta
que no acaba de morir.
Tu puerta no tiene casa
ni calle: tiene un camino,
por donde la tarde pasa
como un agua sin destino.
Tu puerta tiene una llave
que para todos rechina.
En la tarde hermosa y grave,
ni una sola golondrina.
Hierbas en tu puerta crecen
de ser tan poco pisada.
Todas las casas padecen
sobre la tarde abrasada.
Miguel Hernández
sobre la tarde abrasada.
Miguel Hernández
Como la higuera joven
de los barrancos eras.
Y cuando yo pasaba
sonabas en la sierra.
Como la higuera joven,
resplandeciente y ciega.
Como la higuera eres.
Como la higuera vieja.
Y paso, y me saludan
silencio y hojas secas.
Como la higuera eres
que el rayo envejeciera.
Miguel Hernández
de los barrancos eras.
Y cuando yo pasaba
sonabas en la sierra.
Como la higuera joven,
resplandeciente y ciega.
Como la higuera eres.
Como la higuera vieja.
Y paso, y me saludan
silencio y hojas secas.
Como la higuera eres
que el rayo envejeciera.
Miguel Hernández
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